Las consecuencias de la salida de los dientes de leche variarán de unos bebés a otros, mientras a unos les salen sin que los padres lleguen a enterarse de su aparición por no causar un malestar en el niño, otros lo llegan a pasar realmente mal y están durante ese periodo muy irritables. La forma que ellos tienen para buscar alivio es llevárselo todo a la boca y morder ansiosos cualquier cosa, sin embargo en esto encuentran un consuelo momentáneo, ya que en seguida volverán a estar igual.
No existe ningún método que les alivie totalmente y consiga que el bebé pase esta etapa sin sufrirla, por tanto los padres deberán armarse de paciencia y pensar que es algo pasajero que terminará pasando. Si algo empeorará la situación es que el niño sienta que los padres están nerviosos.
Sin embargo, existen en las farmacias artículos específicos para aliviar los síntomas (siempre recomendamos que antes de utilizar cualquiera de los productos que hay en el mercado se consulte previamente con el pediatra). Éstos se presentan, por regla general, en forma de pomadas que se aplicarán directamente en la encía del bebé ofreciendo unos resultados anestésicos (aunque ojo, esto no significa que sean milagrosas, el bebé sentirá un poco de alivio pero no será algo que les quite el dolor totalmente).
Tras estas pomadas, nos queda recurrir al método más utilizado que es el clásico mordedor, el cual se puede introducir en la nevera antes de ofrecérselo al niño, y también se puede optar por realizar un pequeño masaje sobre las encías con un trapo húmedo.
Un método de esos que ha ido pasando de abuelas a nietas para aliviar las molestias de la dentición, era pasar por las encías un poco de azúcar, algo que cualquier pediatra hoy por hoy desecharía, al igual que otros tantos que se siguen practicando sin consultar, por tanto antes de utilizar cualquiera de ellos es importante preguntar previamente al médico del bebé.
Foto obtenida de: drlargent.com