El verano ya está aquí y muchos son los que esperan con impaciencia el momento de llevar a su bebé por primera vez a la playa. El agua, por regla general, divierte a los niños y es todo un placer verles disfrutar en ella. Pero como siempre, hay que tener cuidado y no quitarles el ojo de encima cuando estamos en estos sitios, especialmente si el niño es muy pequeño.
Os dejamos algunos puntos que hay que tener en cuenta para que el día de playa o piscina transcurra sin sobresaltos:
– Antes de nada, hay que proteger al niño del sol y aplicarle una buena crema solar con un factor de protección alto (mayor de 30), incluso cuando vayan a permanecer sentados debajo de la sombrilla y no les dé directamente el sol (recordemos que el sol se refleja en la arena y se proyecta igualmente en la piel). Hay que tener cuidado con las cremas, ya que podría ser que el niño sufriera una reacción alérgica, por tanto, antes de repartirla por todo su cuerpo, es conveniente hacer una prueba en una pequeña zona.
– También hay que evitar las horas punta de sol, sobre todo cuando el bebé no tiene más de 1 año (los niños menores de 6 meses deberían evitar la playa en verano). En estos casos de niños muy pequeños, será mejor optar por ir a la playa a primera hora de la mañana o al final de la tarde, a partir de las 17:00 horas. Sobra decir que, hay tener muchísimo cuidado con el sol, ya que la piel de los bebés es muy sensible y puede provocarles quemaduras.
– No hay que prolongar el rato de playa más de una hora.
– No alargar los baños del bebé durante mucho tiempo, no más de 5 minutos, es preferible baños cortos y más frecuentes que meterlos en el agua y olvidarse de sacarlos.
Foto obtenida de: ronsimagesbythesea.com.
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