Que un recién nacido tienda a doblar los pies hacia dentro es algo normal. Hay que tener en cuenta que el bebé ha estado mucho tiempo manteniendo una postura en la que, por el poco espacio, tenían que permanecer con parte de su cuerpo flexionado. Las piernas, los pies, y la espalda, se adaptarán a ese espacio que, a medida que van creciendo en el útero de la madre, se les va haciendo cada vez más pequeño.
Al nacer es posible que tienda por tanto a recoger y doblar las piernas y los pies, cosa que en poco tiempo dejará de hacer, en cuanto los músculos se alarguen y fortalezcan.
Por tanto, no hay que preocuparse por esto ni pensar que el recién nacido tiene algún tipo de deformidad. De todas formas, hay que tener en cuenta que nada más nacer y los primeros días de su vida, el bebé va a ser examinado y si hubiera cualquier tipo de anomalía los especialistas se darían cuenta.
Otro cosa que el recién nacido acostumbra a hacer es mantener los puños cerrados, esto no es más que un acto reflejo de prensión, la manera que tienen de aferrarse y sentirse seguros. Esto tampoco supone ningún tipo de anomalía, de hecho podría ser un problema que no lo hiciera ya en caso de ser así, sería un posible signo de una patología subyacente.
Esto será algo que el niño hará hasta alrededor del tercer mes, a partir de entonces eso que ha estado haciendo de forma involuntaria, se convertirá en algo que hará voluntariamente, cosa que le ayudará a desarrollar las habilidades motrices de las manos, comenzando de forma tosca hasta que, poco a poco, conseguirá hacer las tareas más finas.
Foto obtenida de: angelicbaby.wordpress.com.