Siempre que no haya problemas durante el embarazo se podrán mantener relaciones sexuales durante ese periodo. Esto en los primeros meses se podrá hacer sin mayores problemas, pero especialmente en el último trimestre, la cosa se podrá complicar debido al tamaño del vientre de la mujer.
Aún con ese “pequeño” inconveniente las relaciones sexuales se podrán seguir manteniendo, tan solo hay que buscar soluciones. Una de ellas muy obvia es buscar posturas que las faciliten. Para encontrarlas lo mejor es probar y hablarlo con la pareja, esta será la única manera de que ambos se sientan cómodos.
No obstante no estará de más seguir algunas recomendaciones para conseguir esa postura adecuada. Por supuesto, de entrada la postura ideal será esa en la mujer se sienta cómoda. Una vez conseguido esto, habrá que tener en cuenta en esa postura otros puntos como:
– La mujer debe tener control de los movimientos y de la penetración… para que en cualquier momento pueda parar ante cualquier molestia.
– Debe poder respirar con normalidad.
– Se debe evitar una penetración profunda.
– No se debe hacer presión sobre el abdomen de la mujer.
– El peso del hombre nunca caerá sobre el de la mujer.
Por regla general, las posturas que más consiguen esos propósitos serán aquellas en las que la mujer esté encima del hombre ya que tendrá total control, o las que facilitan la penetración lateral o posterior.
Hay que ser conscientes de que se debe interrumpir una relación sexual siempre que se tenga cualquier tipo de molestia o se den algunas manifestaciones como: dolor, sangrado, expulsión de líquido (podría ser por la rotura de la bolsa), ardor, molestias en la vejiga, etcétera. Ante cualquiera de estos síntomas, además de aplazar el coito, también se debería consultar el asunto con el médico.
Foto obtenida de: essentialbaby.com.au.