Tomar hierbas medicinales en lugar de medicamentos, es algo que en los últimos tiempos se ha puesto de moda, parece que se tiene la idea de que éstas, al ser naturales, son más sanas que los medicamentos de laboratorio, pero esto es un error, ya que hay veces que los resultados de las hierbas son mucho más potentes. Por tanto, ¡mucho cuidado si estás embarazada o estás dando el pecho!, siempre deberás consultar con tu médico si puedes consumir esas hierbas medicinales de igual manera que lo harías con cualquier otra medicina que comprarías en la farmacia.
El problema de las hierbas reside en que muchas de ellas no han pasado ni tan siquiera un control de calidad, pudiendo llegar demasiado fuertes, lo que podría perjudicar al buen desarrollo del embarazo. ¿Qué pueden tener estas hierbas para que sea tan importante el hecho de no consumirlas?, pues por ejemplo algún tipo alérgeno (como polen, mohos, partes de insectos, etcétera), o algún producto tóxico, como podría ser el arsénico y el plomo.
Es habitual encontrarse en revistas o en cualquier otro tipo de publicidad, anuncios recomendando el uso de alguna hierba medicinal, ofreciendo milagros, a los cuales en ningún momento se hará caso sin, como ya decíamos anteriormente, haber consultado al médico… no te puedes fiar de esta publicidad por muy seria y eficaz que parezca. No hay que automedicarse nunca, pero si encima estás embarazada mucho menos, ya que no solo se pone en peligro la salud de la madre sino también la del feto.
Está demostrado que el hecho de tomar algunas plantas, puede llegar a ocasionar contracciones prematuras, o mayores pérdidas de sangre durante el parto, por poner algunos ejemplos de las complicaciones que pueden surgir.
NOTA: Cuando hablamos de plantas medicinales, se incluyen también las clásicas infusiones que se pueden tomar habitualmente, como el té de hierbas.