Entre los que se consideran tipos de paternidad, encontramos también el estilo de paternidad democrático, que es el considera como idóneo por la mayoría.
Este estilo se caracteriza por ser padres que exigen a los hijos y que cubren sus necesidades. Se establecen reglas y se cumplen siempre. Se utilizan castigos, pero siempre de forma proporcionada. Ayudan a que los niños sean independientes y autónomos, respetando siempre los derechos que los peques también tienen. Lo más importante es que, todo lo mencionado siempre va acompañado del dialogo con una buena comunicación familiar, que al fin y al cabo, es uno de los pilares más importantes en el que se va a apoyar la educación de los niños.
Estos padres darán las explicaciones de manera razonada, jamás utilizarán frases como “porque sí”, “porque lo digo yo”, “porque aquí mando yo”, etcétera. Siempre responderán a las preguntas que sus hijos hagan ofreciendo una respuesta clara y acorde con su edad.
Habrá decisiones familiares en las que incluso los hijos tomarán parte activa, dando su opinión y su voto (obviamente no siempre se puede hacer esto, pero seguro que en más de una ocasión se les puede permitir hacerlo). Algo tan esencial como esto, conseguirá que los niños se sientan “personas con voz” en el ámbito familiar, lo que reforzará muchos puntos de su educación como la responsabilidad. La opción de decidir estará también estrechamente ligada con la de “negociación”. Si en una decisión padres e hijos no se pueden de acuerdo, siempre tendrán la opción de buscar una solución intermedia, lo que pondrá a prueba la capacidad de los niños para resolver las cuestiones que les puedan surgir.
Como decíamos la opción de estilo de paternidad democrático es la mejor considerada hoy en día, sin embargo, con esto no queremos criticar los otros estilos.
Foto obtenida de: www.karenmcmahon.com.