Ahora que llega el verano muchos optarán por salir unos días de vacaciones con el bebé, y ya sea en la playa o en la montaña, habrá que tener que especial cuidado con las picaduras, ya que el ataque de los insectos es más habitual en esta estación del año. Las picaduras de abejas, chinches, pulgas, avispas, etcétera, pueden ocasionar reacciones en los más pequeños, y es por ello que hay que estar atentos.
Una picadura producirá, por regla general, un enrojecimiento de la piel, o una roncha abultada. Pero el problema está, en el caso de que el niño presente algún tipo de alergia y sea especialmente sensible a las picaduras, pudiendo darse casos incluso de que le produzca problemas respiratorios, o en los casos más graves un shock anafiláctico.
Por ello habrá que saber qué medidas tomar. En el caso de una picadura se intentará siempre extraer el aguijón, en el caso de que se haya quedado introducido en la piel, y después colocar sobre la zona afectada una compresa mojada en agua fría. Si se sabe que el bebé ha sufrido anteriormente episodios problemáticos, se deberá consultar directamente con un médico. Durante la noche, se puede optar por colocar mosquiteras en las ventanas para evitar que los intrusos entren.
Aquellos que opten por ir a la playa, tendrán que tener que presentes que se pueden encontrar con el problema de las medusas, ya que sus lesiones se deben siempre tener muy en cuenta, por lo que en ningún caso se tomarán medidas intermedias y se optará por ir al médico para que recomiende alguna crema antinflamatoria. La zona donde la medusa ha soltado su veneno se deberá mantener limpia siempre, ya que es muy normal que el niño tienda a rascarse y esto puede provocar infecciones y lesiones.