Aproximadamente el 80% de las mujeres que han dado a luz de forma vaginal, presentan trastornos sexuales durante los tres meses posteriores al parto. Con este dato creemos que queda bien patente la “normalidad” del hecho. Sin embargo, lo que llama la atención es que sólo un 15% de estas mujeres consultan el hecho con su ginecólogo.
Sin duda no es extraño que esto nos suceda, ya que la llegada de un nuevo miembro a la familia supone grandes cambios de adaptación que a veces dificulta o relega las situaciones más íntimas de la pareja. Si eso lo unimos a que durante los primeros meses la mujer puede experimentar algún dolor durante el acto y la disminución del deseo sexual por fatiga, stress o cansancio… la ecuación da un resultado fácil de adivinar.
Sin embargo, hemos de tener muy presente que esta es una situación pasajera y que esas molestias, con casi toda seguridad, irán remitiendo a partir del tercer mes y que al llegar el sexto posiblemente habrán desaparecido.
Los síntomas más frecuentes son sequedad vaginal, dolor durante el orgasmo, debilidad vaginal, molestias de distinta intensidad durante la penetración y el acto sexual, sangrado e irritación. Por supuesto no tienen por qué aparecer todos juntos, aunque sí resulta habitual padecer varios de ellos.
Resulta fundamental abordar este tema entre los miembros de la pareja y no sólo la mamá y sería magnífico hablarlo con el especialista para que pudiera guiarnos hacia un retorno sano y positivo a nuestra sexualidad habitual. Entre tanto, la paciencia, la comprensión y la cooperación son excelentes aliados y además es importante no olvidar que existen muchas formas de disfrutar del sexo.