Ahora que ha llegado el calor y que las vacaciones de los padres están al alcance de la mano muchos, es habitual salir de casa a pasar el día en la playa, en la piscina, o en los ríos, ya que es una forma de que por un lado los más pequeños disfruten del verano y por otro, el agua resulta una forma perfecta de hacer más llevadero el sofoco del sol.
Pero, sobre todo en el caso de las playas (que suelen ponerse abarrotadas de gente), es frecuente que los niños se pierdan ante el menor descuido de sus padres o cuidadores, y es por ello que no está de más, que antes de salir de casa se impongan unas pautas por si se diera ese caso. Por ejemplo:
– Colocar una pulserita en la muñeca del pequeño con su nombre y el número de teléfono de la persona que va a estar a su cargo.
– Explicarles, siempre de forma tranquila y serena, que en caso de que no vean a sus padres siempre deben dirigirse a alguien con uniforme para que les ayuden a encontrar a los padres.
– También es importante, que ellos entiendan que en caso de que se pierdan, no deben ponerse a andar a la aventura, sino quedarse quietos en el mismo sitio, ya que de lo contrario, lo único que conseguirán será alejarse aún más.
– Hay que prestar especial cuidado cuando los niños estén jugando con una pelota, ya que estos juguetes tienden a salir rodando lejos del sitio, y el niño irá detrás casi de forma instintiva para recuperarlo.
Si pese a todo, en un momento dado el niño se pierde, de nada servirá echarle una regañina después, ya que al igual que los padres, él lo habrá pasado mal y tan solo le valdrá para que ese mal episodio se convierta en una obsesión para él.