A través del juego un niño podrá aprender más fácilmente a hablar, sobre todo con aquellos juguetes que inviten a ello, como puede ser una marioneta a la que hay que ponerle voz, un muñeco que hable por sí mismo o una grabación de un cuento. También les resultará fácil aprender a identificar colores, números, figuras… existen muchos juguetes para este fin, como tarjetas con dibujos, bloques, e incluso libros, que aunque no son juguetes, también es un elemento divertido para el niño.
Que un niño se vuelva sociable, puede llegar a costar en muchos casos, ya que durante su primera etapa ha estado, en la mayoría de los casos, siempre rodeado de la misma gente, los padres, los hermanos, los abuelos, etcétera. El juego también les ayudará en ello, pero primeramente deben aprender poco a poco a independizarse de los adultos, y un pequeño peluche puede ayudarlo, ya que, aunque papá y mamá no esté en ese momento, sí lo estará ese amigo peludo que le da confianza y protección, de esta forma será más fácil relacionarse con otros niños. Es importante este hecho, ya que, jugar en grupo les enseñará otras muchas lecciones de la vida, como es el trabajo en equipo, dar solución a conflictos con los compañeros, pedir perdón cuando se ha pegado a otro niño, o el compartir los juguetes.
Estar acompañado de otros niños les resultará fascinante en muchos casos, y verán que al compartir ese juego que se ha inventado, éste se podrá mejorar con otras ideas que sus compañeros aporten. Algunos clásicos juegos en grupos que nunca pasarán de moda, son por ejemplo hacer el tren, disfrazarse, tirarse la pelota, el escondite, el juego de la silla… y muchos otros a los que ya jugaban nuestros abuelos, y que van pasando de generación en generación.