El Síndrome de Asperger no es un trastorno del que se haya oído mucho hablar, sin embargo es relativamente frecuente, alrededor de 7 de cada 1000 niños los sufre (se da más frecuentemente en niños que en niñas), y las causas se consideran genéticas (normalmente se hereda del padre, aunque no siempre). Se trata de un problema del desarrollo cerebral que no presenta, a simple vista, ninguna señal en un bebé, por tanto no es algo que se pueda diagnosticar con tan solo mirarlo.
Por tanto, los niños con Síndrome de Asperger, muestran un aspecto totalmente normal, tampoco se verá un retraso en ellos en el aspecto intelectual, de hecho, en algunos casos son incluso más inteligentes que otros niños que no sufren el trastorno, llegando a tener coeficientes intelectuales superiores. Por otro lado, otro de los puntos fuertes de los niños con este problema es su gran capacidad de memoria.
El problema de los niños con Síndrome de Asperger será principalmente el hecho de relacionarse con otros niños (les llega a resultar más fácil hacerlo con adultos), y unido a esto, también presentan comportamientos poco normales.
Los síntomas dependerán de un niño a otro, pero por regla general coinciden en:
– Problemas (como ya decíamos) a la hora de socializarse, principalmente con los de su misma edad.
– Sus relaciones no suelen satisfacerlos.
– Sus intereses están limitados.
– Tienden a interpretar lo que se les dice u oyen literalmente.
– Les cuesta interpretar sus sentimientos y los de los demás.
– Las situaciones nuevas y los cambios suponen otra gran dificultad para los niños con Síndrome de Asperger.
– Les resulta complicado planificar.
Los niños con Síndrome de Asperger, deben ser ayudados cuanto antes, para que así resulte más fácil que a la larga se integren en el entorno social.