Si tu embarazo es buscado y tú y tu pareja lleváis tiempo intentando tener descendencia, lo ideal es que contéis con una planificación de la gestación con tiempo suficiente (preferiblemente un año antes de la concepción) para que, sobre todo tú, te vayas adaptando adecuadamente a esta situación especial que supone el embarazo. Para ello, debes acudir al ginecólogo y que él, en el transcurso de una consulta preconcepcional, te asesore y te dé los mejores consejos.
En ese momento, el profesional te dirá que debes abandonar los hábitos tóxicos que puedas tener como el tabaco y el alcohol, y que es aconsejable que moderes el consumo de ciertas sustancias como el café. Y, dado que el embarazo supone una serie de adaptaciones del cuerpo al organismo del ser que está creciendo en su interior, éste se debe encontrar en las mejores condiciones físicas posibles. Por ello, también te recomendará realizar ejercicio físico moderado, llevar una alimentación e hidratación equilibradas y te recordará la importancia de llevar una vida saludable, antes, durante y tras el embarazo.
Además, el ginecólogo te insistirá en la conveniencia de que consumas ácido fólico y yodo previamente a la concepción, para favorecer el correcto desarrollo del sistema nervioso del feto en las primeras semanas de gestación.
Por último, esta consulta al especialista previa al embarazo va a servir para valorar los factores de riesgo de cada mujer, así como para hacer un control de salud. Con ello, nos podremos adelantar a posibles problemas que pudiesen surgir durante el curso del mismo.
En caso de que el embarazo haya ocurrido inesperadamente y sin planficación, el diangóstico suele ser tardío y la mujer no suele estar preparada física o psicológicamente para todos los cambios que supone cada etapa de la gestación. Entonces, lo más recomendable es acudir al ginecólogo en cuanto se tenga la sospecha de un embarazo. Este profesional nos confirmará dicha sospecha, descartará la gestación en caso de no existir y diagnosticará otros posibles problemas de salud que la mujer pueda tener, y que motivaron a ésta a creer que estaba embarazada (por falta de menstruación, por ejemplo).
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