Debemos ser conscientes de la responsabilidad que tenemos de acertar con los regalos de nuestros hijos, ya que los juguetes no son sólo un instrumento de diversión, sino que se convierten en elementos pedagógicos que ayudan al niño en su desarrollo.
El juguete es algo trascendental en la vida de un niño, que conformará su futuro y que quedará a buen recaudo en los dulces recuerdos de su infancia. Éstos servirán para que el niño aprenda a descubrir un mundo sensorial gracias a los colores, texturas, sonidos, sabores e imágenes y le ayudarán a comprender muchas de las normas sociales como compartir, expresar emociones, aspectos motores, manifestar alegría… lo que se traduce en que los juguetes deben tener un reconocimiento de su valor fundamental para el desarrollo global del niño en sus amplias esferas físicas, psicológicas y emocionales.
Mediante el juego se fomenta la creatividad, la inteligencia, la afectividad, la coordinación de movimientos, el lenguaje y casi todas las facetas del desarrollo de la personalidad, por lo que el valor del juguete para el desarrollo de la infancia es algo totalmente reconocido.
Gracias a la campaña “Dale tiempo al juego”, de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, se intenta revalorizar el papel del juego y del juguete, analizando su proceso de fabricación y aconsejando los más adecuados para cada edad o para desarrollar determinadas habilidades. Incluso la Real Academia de la Lengua Española planea en un futuro próximo ampliar la definición estrictamente lúdica del juguete a un sentido más educativo y cultural.
Y otro gran paso ha sido el reciente reconocimiento oficial del sector del juguete como “Industria de Interés Cultural” por parte del Ministerio de Cultura, lo que lo equipara a otros bienes culturales como pueden ser los libros. El juguete debe entenderse como un patrimonio cultural que analiza determinados momentos históricos de un país, con una clara influencia socio-cultural.
Los padres, en la medida de lo posible, tenemos que dedicar parte de nuestro tiempo a jugar con los hijos para que exista una cierta complicidad y vivencias comunes además de un disfrute conjunto con la posibilidad de enriquecer más aún en el juego.
A la hora de elegir un juguete debemos tener en cuenta que debe existir un juguete para cada edad y una edad para cada juguete. Elijamos bien aconsejando a nuestros hijos en la selección y tengamos muy en cuenta los valores pedagógicos del juguete, así como la duración, versatilidad, diseño, envase, edad recomendada, potencial de aprendizaje, calidad y presentación de instrucciones.
Por último, hemos de hacer énfasis en los juguetes que puedan ser utilizados en un hospital o cuando el niño está en cama durante un tiempo prolongado, así como valorar su adecuación a niños con discapacidades.
Imagen: onlineshoppingrsc