Las malas costumbres pueden acarrear consecuencias durante el embarazo, e intentar dejarlas atrás y comenzar a llevar una vida sana, será algo primordial para que el feto se desarrolle bien.
Ante todo para cambiar, hay que escuchar todas las recomendaciones de los médicos, porque si las dan no es por mero capricho. La mujer debe tomarse en serio esas pautas, y solo esas, ya que es por todos sabido que existen miles de consejos que pasan de madres a hijas, que no solo no son necesarios, sino que, al contrario, pueden resultar contraproducentes. Un caso muy típico, es escuchar que una embarazada tiene que comer por dos, algo que es totalmente falso.
Algunos malos hábitos que la mujer habrá que corregir, pueden ser:
– Comer lo primero que se tiene a mano. Es sabido por todos, que la mujer embarazada a menudo siente la necesidad de comer algo, o come más cantidad en las comidas que antes de estar en estado. Hay que comer bien, y ante un momento de hambre entre comidas siempre es mejor optar por una manzana que por un bollo industrial. En lo referente a la cantidad, también hay que controlarse un poco y parar de comer antes de sentirse saciada del todo. Os recordamos que no es conveniente ganar demasiados kilos durante el embarazo.
– No desayunar. Muchas personas al levantarse toman una taza de café y salen disparados al trabajo sin nada más. La mujer embaraza no debería hacer esto, el desayuno es una comida importante en todos los casos, pero aún más en las gestantes, y después de toda una noche sin tomar nada, hay que ingerir los nutrientes que el feto necesita.
– De la misma manera que no se deben coger kilos de más, tampoco se intentará comer lo mínimo para no engordar demasiado. Las dietas (salvo que el médico las autorice por cualquier motivo) mejor dejarlas para después del parto.