¿Pero cómo elegimos ese carro gemelar? No está demás recapacitar un poco sobre nuestras necesidades, porque las sillas gemelares suponen un enorme pellizco a la economía familiar, así que deberemos tener claras algunas de las funciones que le daremos al carro de nuestros gemelos.
Así, nuestro primer consejo es que veamos si la silla va a ser para pasear por trazados ligeros o si, por el contrario, vivimos en el campo o nos gusta el senderismo o el turismo rural o cualquier actividad que queramos compartir con nuestros hijos y que haga que la silla precise de mayor o menor envergadura y aguante.
El siguiente paso será decidir si queremos un cochecito gemelar en el que los bebés vayan en fila (tándem) o uno junto al otro. En principio ambos tienen ventajas e incovenientes. Para haceros una idea, un ejemplo simple: el tándem es más estrecho, por lo que ocupa menos sitio, aunque suele pesar más y sólo la sillita de atrás puede tumbarse entera, además de que sólo uno de los dos bebés disfrutará del paisaje completo. En el caso del carrito doble, suelen ser más ligeros y también más estables, pero ojo si andáis cortos de espacio, porque ocupan mucho más.
No olvidéis el peso del carro gemelar. Evidentemente no pesa lo mismo que una sillita individual y eso es algo que debemos tener en cuenta, que sea lo más ligero posible y se adapte a nuestra fuerza, peso y complexión.
Y por último y no por ello menos importante, mirad precios, es un producto bastante caro y tendremos que ojear y comparar antes de tomar la última decisión.
Imagen: Kidisgo.com