Detectar precozmente las posibles pérdidas auditivas en el bebé es esencial para el diagnóstico y para la aplicación de un tratamiento que favorezca no sólo su capacidad auditiva, sino también el desarrollo del lenguaje.
Si en algún momento sospecháis que vuestro pequeño puede tener problemas en su audición, la primera opción es acudir al pediatra, quién le realizará una exploración completa y os remitirá al especialista, si lo considera oportuno.
El Programa de Detección Precoz de la Sordera en recién nacidos (de carácter universal e implantado en España en 2003) tiene como objetivo principal detectar la sordera infantil en los primeros meses de vida de un bebé. Para ello contempla que antes del primer mes deben hacerse las pruebas para la detección, que a partir de los tres meses ha de realizarse el diagnóstico y que, desde los seis meses se le efectuará la intervención audioprotésica y logopédica.
La rápida detección en el diagnóstico es primordial para el inicio del tratamiento, incluso cuando la pérdida auditiva sea leve.
Una vez detectada la pérdida y realizado el diagnóstico por parte del médico especialista, comienza una etapa realmente importante tanto para el niño como para su familia. Es fundamental comenzar con la rehabilitación mediante prótesis o con la estimulación de otras vías sensoriales, como el implante coclear, que permite la estimulación del nervio auditivo.
Un retraso en el inicio del tratamiento afectará de manera negativa en el desarrollo cognitivo y del lenguaje del niño, así como en el resto de aprendizajes futuros, lo que puede propiciar un bajo rendimiento escolar.
Situaciones que aumentan el riesgo de problemas de audición durante el embarazo:
- Si la madre ha tenido alguna de estas infecciones: citomegalovirus, rubéola, sífilis, herpes o toxoplasmosis.
- Si ha tomado medicamentos que dañan el oído.
- Si la mujer tenía hábitos tóxicos (alcoholismo, tabaquismo, drogodependencia).
Situaciones que aumentan el riesgo de problemas de audición en el parto:
- Si el parto ha sido difícil o se ha producido sufrimiento fetal.
- Si el peso del bebé es inferior a 1.500 gramos.
- Si existen malformaciones craneofaciales o cerebrales en el niño.
Situaciones que aumentan el riesgo de problemas de audición después del parto:
- Si el bebé sufre otitis media crónica o de repetición.
- Si ha tenido paperas, sarampión, rubéola o meningitis bacteriana.
- Si ha consumido medicamentos dañinos para el oído.
- Si ha sufrido un traumatismo craneoencefálico.
- Si tiene hiperbilirrubinemia grave.
- Si ha estado expuesto frecuentemente a ruidos y música alta.
- Si ha tenido un tratamiento con quimioterapia.
- Si el bebé estuvo en la UCI neonatal más de cinco días.
Imagen: entrepadres
Detectar precozmente los problemas auditivos II – Detectar precozmente los problemas auditivos III
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