El mejor envase para dar la leche materna al bebé son, sin duda, los pechos de su madre. Pero puede ser que, en algún momento, nos encontremos con la necesidad de darle a nuestro hijo leche materna extraída o artificial. Esto se puede deber a diferentes motivos como que nos tengamos que separar del pequeño, que alguno de los dos estemos enfermos o que le tengamos que dar leche extra al bebé si ha nacido prematuro, entre otros.
Para esto, además de técnicas en las que se utiliza el biberón, existen otras que pueden ayudarnos según las circunstancias: por ejemplo, si se van a usar de forma esporádica y se desea volver posteriormente a la lactancia materna exclusiva. Cada método de suplementación es diferente y se ajusta a unas necesidades concretas. Tú eliges.
Los bebés deben realizar una compleja coreografía para extraer la leche del pecho, durante la cual aprenden a colocar la lengua y cómo moverla. Es un proceso cada vez más estudiado que las firmas de puericultura tienen muy en cuenta para fabricar sus biberones. Así, paulatinamente, el mercado cuenta con más modelos que incorporan desde tetinas muy parecidas a la forma y el tacto del seno materno a sistemas que permiten distintas velocidades en el flujo de la leche o que posibilitan mantener la técnica de mamar que el bebé ha aprendido intuitivamente en el pecho.
Pero, además, existen otros métodos de alimentación que puedes practicar con tu bebé en momentos específicos y que puede ser interesante que conozcas, ya que también están muy en sintonía con la lactancia materna.
Imagen: vuestrobebe
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