Con los tres pilares esenciales que os indicamos ayer se trata la alergia, mejorando la calidad de vida de los niños:
Eliminando de la dieta el alimento responsable y otros alimentos relacionados que puedan producir reacción: esto no resulta fácil de llevar a la práctica, sobre todo con algunos alimentos como la leche de vaya y el huevo, que son tan importantes en la dieta del niño y que forman parte de muchos alimentos elaborados. Además, las dietas de eliminación se han complicado con la presencia de “trazas” (pequeñas cantidades del alimento alergénico) en cada vez más alimentos comercializados. Así, los niños con alergia a la leche de vaca deben evitar también la leche de cabra, de oveja y de búfala, con la que se elabora el queso mozzarella.
Tanto los niños alérgicos a la leche como los que son alérgicos al huevo, es necesario que reciban por escrito instrucciones acerca de los alimentos que pueden contener estos ingredientes.
Por último, con la ayuda nutricional que ofrecen los profesionales médicos se evitará que los padres recurran a alternativas inadecuadas o incompletas como bebidas de soja o leche de almendras, que pueden dar lugar a problemas nutricionales (sobre todo en relación con los aportes de calcio).
Educar al niño y a su entorno: es esencial concienciar al niño de que no puede ingerir aquellos alimentos (y sus derivados) a los que es alérgico, haciéndole saber cuáles son las reacciones que puede tener. Asimismo, se debe educar a los padres del niño u otros cuidadores para evitar reacciones por exposición accidental. Es importante saber que, en ocasiones, el alimento al que tiene alergia el niño puede estar presente en pequeñas cantidades en muchos productos, por lo que se deben leer siempre detenidamente las etiquetas de lo que se vaya a consumir.
Imagen: entrepadres
El reataque de las alergias alimentarias I – El reataque de las alergias alimentarias II – El reataque de las alergias alimentarias III – El reataque de las alergias alimentarias V