Un embarazo o cuidar de los hijos, no debe dar lugar a que la mujer deje de cuidarse. Uno de los secretos para ser feliz es sentirse bien consigo misma, y un factor que hará que la mujer se sienta así es que al mirarse al espejo se vea bien (lo que no quiere decir que necesariamente tengan que estar constantemente pincelada de arriba abajo como una modelo).
Podríamos comenzar por cualquier parte del cuerpo, pero lo vamos a hacer por algo que preocupa especialmente a las mujeres antes y después del embarazo… el pecho.
Antes de nada, hay que asegurarse que se está usando la talla de sujetador correcta en cada momento, ya que no será la misma durante el embarazo (incluso puede variar varias veces durante la gestación) que mientras se da el pecho al bebé, e incluso después cuando ya no toma pecho. Lo ideal, es que se ajuste bien al pecho, que se puedan regular los tirantes, y por supuesto que no oprima en ninguna zona.
Para mantener un pecho más tenso, se recomienda hacer duchas de agua fría sobre ellos con movimientos circulares, evitando en lo posible el agua caliente que, por muy agradable que resulte, ablanda la piel.
No está demás utilizar alguna crema hidratante y nutritiva por las mañanas y por las noches, aplicándola con masajes circulares.
Por supuesto, siempre es importante el ejercicio y en este caso no iba a ser menos. Dedicar un rato a esto (si no se está segura, se debe consultar a un especialista en el tema para que indique cuales son los ejercicios más adecuados para esta zona), conseguirá que la mujer fortalezca los músculos de los pectorales, y por tanto un pecho más firme.
Foto obtenida de: askamum.co.uk.