Con la llegada del curso escolar nos exponemos a una nueva realidad y es que de normal, cualquier niño supera cada curso tres o cuatro resfriados ya que en la escuela, el contagio es muy habitual. Además, un catarro puede durar entre 7 y 10 días pero no existen medicamentos para prevenir la enfermedad, sino simplemente, para poder aliviar algunos de los síntomas: fiebre, tos o mucosidad.
Cuando el niño está enfermo es indispensable reducir su actividad y a su vez, no forzarle a comer más de lo que él quiera. Para facilitarle la rutina durante esos días, es mejor ponerle un menú que le guste para motivarle a tomar alimentos.
Por supuesto, es importante evitar la automedicación para consultar siempre con el médico qué debe de tomar al niño en base a un diagnóstico. Por tanto, se deben de respetar las tomas del medicamento. Es mejor utilizar preparados que tienen un tapón de seguridad y también, es mucho mejor utilizar la cuchara que trae el producto.
Si la nariz está taponada, conviene recordar que los lavados con suero fisiológico suelen ser muy efectivos. Se pueden repetir varias veces al día. Además, en caso de que en la casa haya mucha sequedad, es mejor usar un humidificador.
En caso de que el niño tenga fiebre evita abrigarle mucho en la cama. Ponle el termómetro con cierta regularidad a lo largo del día, especialmente, al atardecer para comprobar la temperatura. En caso de que sea alta, no dudes en acudir a urgencias.
En un catarro es muy positivo beber zumo e ingerir líquidos.
Imagen y más información: ABC