La inteligencia personal pertenece al grupo de los 8 tipos de inteligencia consideradas por Howard Gardner en su teoría de inteligencias múltiples.
Esta inteligencia es la que permite al ser humano relacionarse con los demás y entenderlos. Es complicado evaluar esta inteligencia en cada persona, siempre es más fácil “poner una nota” por lo que alguien sabe de matemáticas, de lengua, o por su capacidad para dibujar o esculpir, pero medir su inteligencia interpersonal es otra historia.
Las características que van a jugar el papel más importante en la inteligencia interpersonal son la empatía y la habilidad que tenga cada individuo para controlar las relaciones personales.
La empatía jugará un papel importante desde niños hasta adultos. El éxito se conseguirá no solo con la obtención de un título universitario que asegure una estabilidad económica, sino que también la persona deberá prepararse para tratar con los demás. Si una persona en el trabajo tiene una escasa inteligencia emocional, el resultado será desastroso, ya que tan solo verá rivalidad en sus compañeros, tenderán a pensar que los jefes le “tienen manía” e irán a trabajar con desgana.
Por todo esto, se debe reforzar la inteligencia interpersonal en los niños desde pequeños, algo que por supuesto no será tarea fácil. Los niños que tienen este tipo de inteligencia acostumbran a ser sociables y no suelen tener problemas a la hora de jugar con otros niños de distinto sexo, edad, o con gustos diferentes.
Hay que hacer entender a los niños que cada persona es diferente, que tienen distintos gustos e inquietudes, y que tienen que intentar poner siempre en el lugar de los demás antes de juzgar una acción o de enfadarse con los demás por no compartir sus gustos, aficiones o pensamientos.
Foto obtenida de: psi-uk.com.