En aquellos casos en los que persista cierto edema en las extremidades durante el puerperio, un ligero movimiento circular de muñecas o tobillos acompañado de movimiento de los dedos, y en posición más elevada que el corazón, ayuda a su resolución. Estos ejercicios también están indicados desde el mismo día del parto.
Pasados unos cinco o siete días tras el parto vaginal, la madre está en condiciones de realizar cierta actividad física, incluso antes si está entrenada. En el caso de una cesárea suele recomendarse esperar unas seis u ocho semanas, aunque es preferible empezar antes para que la cicatrización se produzca con estrés, pues a la larga la recuperación es más fisiológica y hay menos episodios de adherencias y fibrosis musculares, elementos limitadores del movimiento y frecuente origen de dolores.
En cualquier caso, habrá de realizarse de manera gradual, de menor a mayor intensidad, comenzando con paseos de duración creciente (nunca inferior a cuarenta minutos) y a ritmo normal. Mediante este sencillo ejercicio se está trabajando la musculatura respiratoria y se tonifican las venas de las extremidades inferiores, mejorando el retorno venoso.
Si, además, se acompaña dicho paseo con ejercicios repetidos y controlados de contracción abdominal, se está recuperando la posición de los músculos rectos y también se potencian los dos efectos antes mencionados.
Imagen: askamum
Ejercitarse tras el parto I – Ejercitarse tras el parto III – Ejercitarse tras el parto IV