Los alimentos más adecuados para la primera hora del día son los siguientes:
Alimentos ricos en hidratos de carbono complejos: estabilizan los niveles de glucosa en sangre y aportan energía que se irá liberando lentamente y de forma constante a lo largo de la jornada.
Entre las fuentes más recomendables se encuentran los cereales calientes (crema de centeno, crema de trigo sarraceno, avena, etcétera), cereales fríos integrales (arroz, maíz o mijo inflados, muesli, etcétera), panecillos, panes y galletas (se pueden acompañar de mantequilla o margarina, mermelada, compota de fruta, mantequilla de cacahuetes, mantequilla de sésamo, jamón o charcutería poco grasa, pescado en conserva como el atún enlatado o huevo).
Alimentos ricos en hidratos de carbono simples: aportan energía inmediata. Las frutas aportan energía, además de nutrientes importantes. Se puede optar por una pieza de fruta fresca o bien, un zumo natural.
Alimentos ricos en calcio: mineral imprescindible para los huesos. Se puede alternar a la semana con diferentes lácteos como la leche, yogures, quesos o postres lácteos. Se puede acompañar con un poco de cacao, pero sin abusar.
Y eso es todo. Ya no hay excusa para que nuestros peques, y nosotros mismos, hagamos un desayuno en toda regla que nos ayude con cada jornada.
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