Las proteínas están en la mayor parte de los alimentos que consumimos, tanto vegetales como animales, en distintas proporciones. Los alimentos de origen animal, como la carne, el pescado, la leche o los huevos, son ricos en proteínas que nos aportan todos los aminoácidos esenciales. Asimismo hay muchos alimentos vegetales que son ricos en proteínas, como los cereales (incluyendo el pan) o las legumbres. Las verduras y las hortalizas también tienen proteínas, pero en menor cantidad y con poca variedad de aminoácidos.
Funciones de las proteínas:
- Sirven para constuir estructuras del cuerpo: las proteínas adoptan la forma de cadenas que se entrelazan unas con otras formando mallas o formas de hoja, que sirven de soporte para construir partes rígidas, como por ejemplo, los huesos o las uñas; o estructuras flexibles y muy resistentes, como los tendones.
- Ayudan a que se produzca el movimiento: las proteínas toman la forma de cadenas con partes móviles que sirven para producir movimientos como los músculos.
- Transportan moléculas: el organismo las utiliza para mover otras moléculas de una parte a otra, como, por ejemplo, la hemoglobina de la sangre, que transporta el oxígeno.
- Producen energía: las proteínas se ocupan de facilitar las reacciones químicas de nuestro cuerpo y así producir energía, fabricar las sustancias que necesitamos, etc.
- Aportan defensas: las proteínas forman parte importante de nuestro sistema inmunitario, como de los anticuerpos. También intervienen en la cicatrización de las heridas.
- Nos regulan: muchas de las hormonas de nuestro cuerpo, como la insulina, son proteínas.
- Son nutritivas: las proteínas adoptan formas que se pueden disolver en agua y sirven como alimento (como es el caso de las proteínas de la leche materna)
¿En qué medida se relaciona el consumo elevado de proteínas con un mayor peso en los niños en estos primeros años de vida? Un consumo excesivo de proteínas durante la infancia se relaciona con una ganancia de peso más rápida y una mayor transformación en tejido adiposo (grasa). Este mecanismo, a su vez, puede ser un factor determinante en el futuro desarrollo de obesidad.
A su vez, la obesidad se vincularía con un mayor riesgo cardiometabólico en la edad adulta y con el desarrollo de enfermedades, entre las que se incluyen la hipertensión, la diabetes y la patología cardíaca.
Imagen: mini-kin
Proteínas, esenciales pero sin abusar I – Proteínas, esenciales pero sin abusar III