El caput sucedaneum es una lesión o deformidad que se produce en la cabeza del recién nacido y que está relacionada con el trabajo del parto, dado que sucede por la rotura de pequeños vasos sanguíneos y la consiguiente acumulación de sangre por debajo del cuero cabelludo del niño, debido al roce y a los microtraumatismos que se producen durante el tiempo que tarda en pasar por el canal del parto. Es muy frecuente, se ve en muchos partos normales y a veces hace que los niños tengan la cabeza con esa peculiar forma un tanto alargada, ovalada o “de pepino”.
Esta deformidad de la cabeza suele ser grande, tiene márgenes poco definidos y se debe a la sangre que se ha acumulado debajo del cuero cabelludo del bebé.
¿Qué problemas puede producir?
A veces la cantidad de sangre acumulada es importante y puede tardar unos cuantos días en resolverse. También puede suceder, si la cantidad de líquido es elevada, que al reabsorberse la sangre ahí acumulada puedan aumentar las cifras de bilirrubina, lo que favorece la aparición de un cuadro de ictericia o de color amarillento de la piel en el recién nacido. Sin embargo, la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente en solo unos pocos días y sin complicaciones.
¿Cómo se reconoce?
Porque es la lesión o deformidad más frecuente, porque es difusa y porque suele afectar a todo el cráneo del niño, dándole ese aspecto ovalado o “apepinado” tan característico. Y porque después de ser evaluado por el pediatra o la matrona, estos suelen informar a los padres sobre su presencia y de cómo vigilar su evolución.
Cabeza deformada por el parto: Cefalohematoma
Foto | doc(q)man