A la hora de alimentar a nuestros hijos, todos queremos lo mejor para ellos, pero en ocasiones cometemos ciertos errores, por desconocimiento, que pueden pasarles factura. A continuación te explico cuáles son los errores más comunes y qué hacer para compensarlos.
No tomar la pieza de fruta fresca
La fruta fresca aporta fibra dietética, vitaminas, sustancias antioxidantes y minerales, por ello se recomienda el consumo de tres piezas diarias, de temporada, siendo la porción recomendada de 120 a 150 gramos de porción comestible. Es beneficioso el consumo de la piel (bien lavada), puesto que debajo de ella se concentran la mayor parte de nutrientes. Aún así, alguna pieza de fruta puede sustituirse por zumos naturales.
El error que cometen algunos padres es sustituir todas las raciones de fruta natural por zumos envasados.
Saltarse el desayuno
Tras varias horas de ayuno, el desayuno es esencial para afrontar con energía todas las actividades de la mañana. Si no se desayuna o el aporte de alimentos es insuficiente, aparecen síntomas propios de hipoglucemia como pesadez de cabeza, turbidez mental, mal genio, falta de concentración o altibajos emocionales.
Muchas veces se apura al máximo el tiempo de sueño y se sale de casa sin desayunar. Además, en ocasiones, los niños no toman nada en el recreo para no perder tiempo de juego, así que llegan a la comida del medio día con mucha hambre, sobre todo los que no comen en el colegio. Es importante dedicar tiempo a esta comida, así que es mejor que se vayan a dormir antes y se despierten 20 minutos antes para poder sentarse a la mesa a desayunar en familia, sin prisas.
Un desayuno equilibrado debe estar formado por una fruta, un vaso de leche y pan tostado integral con algo de aceite de oliva virgen extra y un poquito de jamón o queso o un bol de cereales de desayuno sin azúcares o muesli con frutos secos, etcétera.
Ofrecer bollería industrial en las meriendas
Las meriendas es una comida importante que ayuda a llegar a la cena sin tener hambre. Debe ser ligera y equilibrada. Muchos padres caen en el error de llevar a la salida del colegio bollería industrial, pobre en nutrientes y rica en grasas saturadas y azúcares simples. A parte de tener demasiada energía, su azúcar se adhiere a los dientes contribuyendo a la aparición de caries.
Para merendar es recomendable un bocadillo de pan de barra con queso, jamón o un trocito de chocolate; y una pieza de fruta del tiempo. También hay que evitar los batidos, golosinas, refrescos azucarados, patatas chip, etcétera.
Abusar de la sal
La sal hace que los platos sean más sabrosos, pero se debe tomar con moderación, tanto niños como adultos. Su exceso es el factor más importante en el aumento de la presión arterial y, por consiguiente, de las enfermedades del corazón.
A parte de la sal que se añade en la preparación de platos, hay que tener en cuenta que muchos alimentos la contienen en cantidades elevadas, por ejemplo, las sopas de sobre, los purés instantáneos, los alimentos ahumados, los embutidos, las salsas, los snacks salados, etcétera.
Mejora el sabor de los platos usando especias y hierbas aromáticas.
Excederse con la proteína de origen animal
La proteína es necesaria en la etapa de crecimiento, aunque actualmente la tendencia es el exceso de la que procede de alimentos de origen animal. El exceso de este nutriente se asocia a un incremento de la excreción urinaria de calcio (huesos más frágiles), más riesgo de obesidad, trastornos cardiovasculares e hipertensión arterial.
Hay que ajustar las raciones de carne en función de la edad. No debe consumir la misma cantidad el pequeño de la familia que sus padres, por ejemplo, la ración de carne recomendada para un niño de tres a seis años es de 50-60 gramos y para un adulto de entre 100 y 125 gramos. Además, es recomendable aumentar el aporte de proteína vegetal (combinar legumbres con cereales, por ejemplo, garantiza el aporte de proteína de alta calidad equiparable a la de origen animal).
Abusar de la leche y sus derivados
Los lácteos aportan calcio y proteínas de buena calidad, por eso deben formar parte de la alimentación de cualquier niño, pues se trata de nutrientes necesarios para un correcto desarrollo y crecimiento. Muchas veces se abusa de ellos y como consecuencia puede aparecer estreñimiento y dolor abdominal, exceso de ácidos grasos saturados (los semidesnatados contienen menos) y disminución en la absorción de hierro).
La ración recomendada es de dos a tres raciones, siendo la ración equivalente a 200 mililitros de leche, dos yogures o 40 gramos de queso semicurado.
Presionarlos para que prueben alimentos
Por lo general, es necesario insistir para que los niños prueben alimentos nuevos. Aún así, está comprobado que la insistencia de los padres hacia un determinado alimento hace que los niños lo rechacen con mayor intensidad. No hay que caer en el error de obligarlos a comer, hay que motivarlos, hacerles partícipes en la compra de alimentos y también en su elaboración.
Cenas demasiado pesadas
Las cenas deben ser ligeras y de fácil digestión para que el organismo haga la digestión antes de conciliar el sueño y se facilite el descanso nocturno. Deben estar compuestas por un primer plato de sopa o purés variados o verdura con patata, un segundo plato de alimento proteico (carne magra, pescado o huevos) cocinado suave con guarnición vegetal (en función de la opción del medio día) y un postre formado por una pieza de fruta o postre lácteo. En muchas familias se cae en el error de abusar en las cenas de fritos, rebozados, pizzas envasadas o pre-cocinados.
Premiar con dulces
Es frecuente en muchos padres el error de recompensar con dulces a cambio de obedecer en las labores diarias. Premiar con dulces determinados comportamientos genera en los pequeños malos hábitos y hace que cada vez se vuelvan más caprichosos.
Cuando el pequeño abusa de los dulces fuera de las comidas principales, es frecuente que pierdas las ganas de comer y desarrolle, cada vez más, una inapatencia por alimentos más saludables. Como consecuencia, será más complicado que coma lo que tiene en el plato (que es lo que le aporta nutrientes para el crecimiento).
Recuerda que todos los hábitos alimentarios y las conductas que se van adquiriendo a lo largo de la infancia resultan cada vez más difíciles de modificar.
A modo de resumen os esquematizo los 9 puntos más importantes a tener en cuenta en la alimentación infantil:
- Los niños deben tomar tres piezas de frutas diarias, repartidas en las comidas.
- No desayunar correctamente les afecta en su rendimiento escolar.
- La bollería no tiene los nutrientes que necesita y contribuye a la obesidad.
- Muchos alimentos preparados contienen una gran cantidad de sal.
- Ajusta la cantidad de proteínas a su edad y aumenta la proteína vegetal.
- Los alimentos lácteos son necesarios, pero no se debe abusar de ellos.
- Busca opciones más creativas para que se anime a probar nuevos platos.
- No le des una cena demasiado contundente ni recurras a los fritos o rebozados.
- No utilices los dulces como recompensa, creará malos hábitos.
Fotos | Donnie Ray Jones; David Goehring; various brennemans; cookiespi
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