Mediante la alimentación ayudamos a que nuestros niños crezcan sanos y, para ello, es necesario que ingieran una dieta variada y equilibrada, que les aporte todos los nutrientes necesarios. A medida que los pequeños crecen, van formando sus hábitos alimentarios y cuanto más tiempo pasa, son más difíciles de modificar. Por eso, es fundamental crear unos pilares sólidos.
Algunos niños aceptan de forma natural los nuevos alimentos, ¿pero qué pasa cuando tu hijo no quiere comer algunos de ellos? Mucha paciencia y algunos trucos te ayudarán a lograr que le vayan gustando.
Cuando tu hijo empiece la alimentación complementaria tienes que aprovechar para introducir en su dieta la mayor cantidad posible de alimentos, invitándole a probar texturas y sabores nuevos. Hasta los tres años, el pequeño pasa por una etapa de exploración que hará que tenga más interés por la comida, haciendo la tarea más fácil.
En este proceso, ten en cuenta que los bebés, desde que nacen, tienen preferencia innata por los sabores dulces y rechazan los ácidos y amargos, y que no será hasta aproximadamente los dos años que aprecien el sabor salado. Eso sí, siempre deberás incorporar los alimentos a su debido tiempo, tal y como te indique tu pediatra.
Trucos útiles
- El momento de la compra de los alimentos puedes ser un buen aliado para que los niños se vayan acostumbrando a todo tipo de productos. Que nos acompañen al mercado, vean la variedad de alimentos existentes y participen en la compra es muy aconsejable. Incluso pueden decidir la verdura del día o la fruta que se tomará de postre.
- Hacerles participar en la preparación de las comidas es otro truco interesante para que se animen a comer lo que no les gusta. Simplemente hacer de “pinches” de cocina, ayudando a pelar alimentos o a mezclar ingredientes, puede conseguir que su interés por probarlos aumente.
- La presentación suele ser clave para la aceptación de los alimentos. Platos atractivos, con colorido y presentaciones divertidas serán mejor acogidos. Además, podemos probar a poner los alimentos más “conflictivos” camuflados en preparaciones que a los pequeños les suelen encantar como pizzas caseras, pastas, tortillas, albóndigas, lasañas o canelones… También obtendremos buenos resultados si ofrecemos estos alimentos en sopas, purés o cremas donde, al estar triturados y mezclados con otros ingredientes, no los rechazan.
- El ejemplo de los adultos es fundamental. Los niños no comerán alimentos que no vean comer habitualmente a sus padres o hermanos. También es importante no hacerle al niño una comida diferente; en la medida de lo posible, lo ideal es que tome lo mismo que el resto de la familia.
- Se pueden añadir algunas salsas, para modificar un poco el sabor fuerte de algunos alimentos. Aunque no es aconsejable abusar de ellas, porque lo ideal es que los niños se familiaricen con los sabores tal y como son. Igualmente, procuraremos cocinar con pocos condimentos (sal, pimienta, especias varias).
- La variedad de alimentos debe predominar frente a la cantidad. Es decir, es preferible poner poca cantidad de alimentos, en porciones pequeñas, pero más tipos de ellos. Llenar un plato de comida que al niño no le gusta hará que el rechazo sea mayor. Sin embargo, con pequeñas raciones siempre tendrá la posibilidad de repetir porque se queda con hambre.
- Evita clasificar los alimentos como “comida para pequeños” y “comida para mayores”, con ello estás limitando la variedad. Tampoco le digas al niño que hay alimentos buenos y malos. Lo correcto es que aprenda que algunos necesitamos consumirlos con mayor frecuencia y otros de un modo más esporádico.
El handicap del pescado
Quizá sea el alimento más complicado para los niños, tanto por el fuerte sabor de algunos tipos (sobre todo el pescado azul), como por las espinas. Para lo primero, además de prepararlo de forma atractiva y variada, podemos optar por macerarlo en limón, aceite y hierbas aromáticas. Y, de vez en cuando, podemos acompañarlo de alguna salsa.
En cuanto a las espinas, es importante elegir partes como lomos o filetes limpios. También será una buena opción alternar las piezas frescas con el pescado congelado. De igual modo, de vez en cuando podemos recurrir a las conservas.
Además de estos consejos, estoy segura que todos los que nos leéis tenéis vuestros propios truquillos. ¿Nos hacéis partícipes de los mismos?
Fotos | World of Oddy; Nongbri Family Pix
[…] Hacer participar al niño en la preparación de las comidas, aumentando la dificultad en la ayuda a medida que va siendo mayor, se sentirá orgulloso y mucho más abierto a probar la preparación. […]