Para que el niño no tenga miedo al pediatra:
- Minimiza la ansiedad o angustia del niño realizando con él juegos en los que la figura del médico sea desmitificada, colocándole a él en el papel del pediatra: ese señor o señora, de bata blanca y serio, pero que cura a los niños enfermos. Puede ayudar incluso que, tanto el padre como la madre, se vistan simulando llevar bata.
- Al referirte al doctor, es conveniente llamarlo por su nombre de pila, para que así el niño no vea a su médico como un “ser superior” y comience a tener confianza en él.
- Intenta normalizar las visitas al pediatra. Nunca deben ser obligadas o por imposición.
- Siempre que se pueda, el niño debe entrar caminando por su propio pie a la consulta, ya que si se le lleva en brazos, puede tener la sensación de que lo llevan contra su voluntad.
- Procura explicarle siempre, con la verdad por delante, qué va a pasar en la consulta, si le van a hacer alguna exploración especial o ponerle algún tratamiento, etc.
- Antes de la visita, hay que hacer sentir importante al niño, elevando su autoestima, por ejemplo, diciéndole palabras halagadoras sobre su conducta.
- También contribuye a que el niño colabore, prometerle un premio o un regalo, según se porte en la consulta, y que no tiene porqué ser algo costoso o material.
Imagen: conmishijos