Tenéis a vuestro primer retoño entre los brazos. Esa preciosidad que os recuerda tanto a vosotr@s y a la vez es tan distinto. Tenéis cuidado, porque os da miedo el hecho de pensar que podéis hacerle daño, algo que no ocurrirá, descuidad, pero, ¿cómo nos hacemos cargo del cuidado de su delicada piel?
A continuación os dejo las diez normas básicas para el cuidado de la piel del lactante:
- Mantén al niño en un ambiente cálido y húmedo y adapta a tu lactante a la temperatura del ambiente.
- Evita una exposición directa al sol durante el verano. Las quemaduras solares de la edad infantil se asocian con el cáncer de piel en la edad adulta.
- Baña al lactante durante poco tiempo, con detergentes suaves. Tu hijo está en un ambiente limpio durante los primeros meses de vida, por lo que la higiene no debe ser excesiva.
- Utiliza champú neutro y aplica aceites en caso de que existan zonas descamativas o costrosas en la cabeza.
- Tras los baños, seca bien al niño, especialmente los pliegues. Un exceso de agua acumulada en la piel puede ser el caldo de cultivo ideal para la infección en la piel de tu hijo.
- Usa pañales desechables, y cámbialos con frecuencia, como mínimo después de cada toma. Es más importante el cambio frecuente de un pañal que el baño repetido de tu bebé.
- Aplica cremas barrera en el área del pañal y evita usar los polvos de talco, ya que existe el riesgo de que el bebé los pueda inhalar.
- Para el cordón evita usar sustancias antisépticas si no hay infección. En caso de que la haya, emplea clorhexidina al 0,5%.
- Usa emolientes e hidratantes, a ser posible de excipiente graso tras el baño. La hidratación de la piel es clave en el mantenimiento de su función barrera en los primeros meses de vida.
- Confía en tu pediatra y dermatólogo para el correcto manejo de la piel de tu bebé.
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