En ocasiones no tenemos mucho tiempo libre para poder preparar comida casera a nuestros hijos. Es por ello por lo que los purés infantiles te proporcionarán comodidad, rapidez, tranquilidad y, además, tu pequeño estará bien alimentado.
Con estos tarritos, tu hijo descubrirá un gran mundo de sabores distintos, aprenderá a masticar y a tragar. Y basta con unos pocos minutos para que la comida del bebé esté lista; tan sólo es necesario calentarlos al baño maría o en el microondas.
Ventajas y beneficios de los purés infantiles
- Los tarritos o potitos nos permiten mantener la alimentación del niño sin generar grandes fluctuaciones en sus horarios cuando una comida nos sorprende fuera de casa.
- Su sabor es diferente al elaborado en casa, por lo que favorece la incorporación de nuevos sabores y texturas.
- Son seguros desde el punto de vista microbiológico: el sistema inmunológico de un lactante no tiene la madurez suficiente para soportar la mayor carga bacteriana que puede tener una comida en un restaurante.
- Son fáciles de transportar y conservar.
- No tiene gluten, son bajos en sodio y en grasas, aunque algunos llevan azúcares añadidos.
- Sus etiquetas tienen suficiente información para saber exactamente su composición nutricional y si sus ingredientes se adaptan a la edad y a las necesidades especiales del lactante. También incluyen indicaciones respecto a su correcta preparación y conservación.
Es importante introducir los alimentos a su debido tiempo
En el mercado existen innumerables variedades: de verduras, de frutas, de carne, de pescado, de cereales, con trocitos… Pero, ¿cuál debes elegir? Debes tener en cuenta la edad de tu hijo y en caso de duda consultar al pediatra.
La forma habitual de introducir este tipo de alimentación es de manera paulatina, para que el pequeño vaya aceptando los nuevos alimentos, los tolere y su organismo los acepte.
En el intervalo de edad de los seis a los doce meses, estos tarritos no deben incluir ni gluten ni huevo (el huevo, a partir de los once meses). Normalmente, el segundo alimento a introducir tras la leche es el cereal (sin gluten), ya que contiene muchos nutrientes y es fácil de digerir. A partir de los cinco meses puedes comenzar con los productos de frutas; las verduras, un poco más adelante, sobre los ocho meses. Para la carne, deberás esperar un poco más. No olvides que, a estas edades, los pequeños son muy sensibles a los cambios bruscos y pueden surgir intolerancias o alergias alimenticias.
Si tu bebé tiene diarrea, heces con mucosidad, vómitos o sarpullido en la boca, las piernas y los brazos, suspende el alimento, ya que puede ser sensible a él. Pasados unos meses, inténtalo de nuevo.
¿Cómo le damos el potito al bebé?
Según su contenido se podrán servir de una u otra manera; por ejemplo, los tarritos de carne, verduras y pescado se suelen ofrecer templados, calentados la baño maría, durante unos diez minutos o en el microondas. Los de frutas, por su parte, se puede consumir a temperatura ambiente si es primavera o verano y, si es invierno, y están muy fríos, se pueden templar ligeramente o quitarles el frío con las manos.
Recuerda que al abrirlos siempre debes escuchar un sonido (plop, clack, ya sabes, un sonido de vacío) que te permitirá asegurarte de que el producto ha sido bien envasado y conserva correctamente todos sus nutrientes.
Los potitos aprueban al compararlos con los purés caseros
Según un estudio realizado por el Hospital La Fe de Valencia y la Universidad de Murcia, ambos tipos de puré tienen un valor nutricional similar. Este informe ha analizado las diferencias, a través de varios nutrientes. Así, en cuanto a las proteínas, la investigación sostiene que dependen de la variedad cárnica empleada o la cantidad añadida a la fórmula.
Respecto al sodio, también depende de la formulación y de la cantidad de sal añadida, pero, en el caso de los purés caseros, se corre el riesgo de sobrepasar las cantidades recomendadas, porque los padres añaden sal “a ojo”.
Por último, el contenido de grasas es similar en ambos tipos de purés, aunque, en el caso de los industriales, algunas marcas refuerzan el contenido en ácido linoleico y linolénico, con la incorporación de aceites de semillas.
Vamos, queda patente que el mito de que con los potitos no se alimenta al bebé durante mucho tiempo es eso, un mero mito. No siempre los purés caseros son mejores que un buen potito.
Consejos útiles
Para finalizar, os dejo una serie de consejos útiles a la hora de alimentar al pequeño con potitos:
- Una vez abierto el tarrito, mantenlo en la nevera, permanecerá en buenas condiciones durante 48 horas.
- Para tener un mayor control de las comidas que hace tu bebé, puedes tener un diario en el que recojas los tarritos consumidos, las cantidades que ha tomado el bebé, comentarios, etcétera.
- El calienta-biberón es la mejor manera de que el tarrito adquiera la temperatura adecuada para que tu bebé no se queme.
Fotos | Sanutri Alimentación Infantil; Karina Ibarra; Pablo B