Aunque el periodo idóneo para viajar sea entre la semana 14 y la 30, debes tener en cuenta que alrededor de la semana 20 se realiza la ecografía del segundo trimestre, una prueba de gran importancia ya que es donde se visualizará toda la morfología fetal. Por lo tanto, evita que el viaje coincida con esta cita.
Antes de decidir el lugar a donde vamos a viajar, es conveniente conocer la calidad sanitaria y la facilidad de acceso a la atención médica que nos ofrece ese destino en concreto, así como asegurarnos de tener un seguro médico que tenga cobertura para dicho lugar.
Las embarazadas que se decidan a viajar dentro de la Unión Europea deberán saber que desde junio de 2004 existe una Tarjeta Sanitaria Europea. Este documento es individual y certifica el derecho de su titular a recibir las prestaciones sanitarias que sean necesarias durante una estancia temporal en cualquiera de los países integrantes de la Unión Europea.
Especial atención requieren los destinos exóticos. Aquellas gestantes que hayan escogido este tipo de países deberán acudir con antelación a los centros de Medicina del Viajero, donde le explicarán aspectos importantes sobre la prevención de ciertas enfermedades (malaria, diarrea del viajero…) y se planificarán las vacunas necesarias.
Hay que tener muy en cuenta que la mujer gestante soporta bastante mal tanto el calor como el bochorno y la humedad, por lo que las embarazadas que viajen a zonas de playa tendrán que cuidar especialmente su correcta hidratación.
Por último, no olvides que se consideran destinos potencialmente peligrosos aquellos que cumplan alguna de las siguientes características: altitud superior a 3.000 metros, facilidad de contagio de enfermedades transmitidas por mosquitos, agua y alimentos, destinos donde se requiera la vacunación con virus vivos atenuados o lugares alejados de centros sanitarios o de difícil acceso a éstos.
Imagen: tallinn-airport