El aparato digestivo del bebé tiene unas peculiaridades que hace que las enfermedades gastrointestinales sean más frecuentes en esta etapa de la vida. La mayoría de las veces estas enfermedades son banales y autolimitadas en su evolución, siempre que se apliquen adecuadamente y a tiempo medidas muy sencillas y sobre todo que no se acuda a remedios equivocados.
Es muy importante saber qué hacer y qué no hacer en cada caso y cuándo consultar al pediatra.
Las regurgitaciones se producen cuando el lactante expulsa alimento por la boca como si rebosara tras haber comido e incluso entre las comidas.
Esto se debe a la incompetencia de las estructuras antireflujo del esófago y a que el lactante come fundamentalmente alimentos líquidos y pasa mucho tiempo tumbado. Todo ello facilita que se produzca frecuentemente el paso del alimento del estómago al esófago, que haya reflujo y que el niño regurgite. A veces, esto no se distingue claramente de un vómito.
Habitualmente, este paso retrógrado del contenido del estómago hacia arriba no produce molestias al niño, que sigue comiendo bien, gana peso y tiene buen estado general. Sin embargo, el pediatra debe valorar al pequeño si presenta síntomas como rechazo de las tomas, descenso de peso, pausas de apnea, hipo excesivo, sangre en el material refluido o crisis de dolor que inducen a pensar que sufre enfermedad por reflujo gastroesofágico. En este caso habrá que tratar al niño con medicamentos que el precribirá le profesional médico.
Si el reflujo es muy persistente y no responde bien al tratamiento puede deberse a la existencia de alergia a la leche.
En caso de que el reflujo aparezca después de los seis meses o de que vaya asociado con el abombamiento del abdomen, estreñimiento, contenido bilioso en el material refluido, decaimiento, etcétera, también hay que consultar al pediatra, porque puede tratarse de un reflujo gastroesofágico secundario a otra patología, que habrá que evaluar y tratar adecuadamente.
Soluciones a tu alcance: algunas medidas dietéticas como espesar la leche o darle leches artificales con una composición especial (las denominadas AR) pueden ser suficientes para solucionar las regurgitaciones.
Imagen: blogdealimentacioninfantil