Si existe una amplia variedad de biberones en el mercado, mayor es aún el número de tetinas que se pueden encontrar. Si las clasificamos por material quedarán divididas en de caucho, silicona, o látex. No hay razones de peso para recomendar un material sobre otro, sin embargo, sí hay que vigilar las tetinas, sea cual sea la opción elegida, especialmente cuando el niño ya tiene dientes y las muerde, porque con el tiempo tienden a estropearse y es conveniente ir cambiándolas en cuanto se vean signos de desgaste.
¿Cómo dar con la que queremos?, pues en principio se pueden mirar por edad, esto se especifica claramente en el envase de cada una. Formas hay para todos los gustos, como las anatómicas que son las más parecidas al pezón de la madre, o las clásicas que presenta el extremo redondeado y que pueden ser de boca ancha o estrecha.
También hay que tener en cuenta la consistencia del alimento que va tomar el niño, ya que no será lo mismo al principio, cuando únicamente tiene que pasar líquido por el agujero de la tetina, que cuando se le añaden cereales y la mezcla es mucho más espesa. Para ello, existen las tetinas con un único agujero a través del cual pasa la misma cantidad sea cual sea la su posición, o los que ofrecen la posibilidad de elegir la cantidad que el niño puede ingerir, que son la mayoría. Éstas últimas por regla general tienen tres posiciones que dejarán pasar mayor o menor cantidad dependiendo de las necesidades y edad de cada bebé.
Por último, mencionar que además existen las tetinas antihipo y las anticólico que evitan que entre en el cuerpecito del pequeño un exceso de aire.
Además de todo esto, hay que tener en cuenta que no todos los niños se acostumbran fácilmente a las tetinas, de manera que a la hora de comprarlas también habrá que tener en cuenta aquellas que ellos prefieren.
Foto obtenida de: nvspharmacy.co.uk.