Durante la etapa comprendida entre los cinco y ocho meses, el control de los movimientos oculares y de las habilidades de coordinación ojo-cuerpo contiúan mejorando. Alrededor del quinto mes, sus ojos ya son capaces de trabajar juntos para formar una imagen tridimensional del mundo y ver en profundidad. Además, aunque su visión en color no estan sensible como la de un adulto, ya se encuentra bastante desarrollada.
A partir del quinto mes, tu bebé será capaz de hacer movimientos de presión con las manos, gracias a que consigue combinar lo que ve con sus capacidades motrices. A los seis meses, la agudeza visual ya alcanza lo que podríamos considerar un estado “normal”. La visión se convierte, así, en un elemento crucial en su habilidad para coordinar aquellos movimientos en los que está involucrado todo el cuerpo, como intentar ponerse de pie.
La mayoría de los bebés comienza a gatear alrededor de los ocho meses de edad, lo que ayuda a desarrollar la coordinación de los ojos, las manos, los pies y el resto del cuerpo. De ahí la importancia de que los padres animen al gateo, en lugar de pretender que el niño aprenda a caminar enseguida.
Los problemas visuales en los niños pueden causar retrasos en su desarrollo y dificultades de aprendizaje. Los padres juegan un papel muy importante, ya que, entre otras medidas, está en su mano:
- Detectar signos de problemas visuales u oculares
- Llevar a su hijo a revisiones periódicas a partir de los seis meses de edad
- Contribuir al desarrollo de su visión con las actividades apropiadas
La presencia de problemas durante los primeros años no es común, aunque hay una serie de síntomas que se deben tener en cuenta:
- Lagrimeo excesivo, que puede ser indicativo de conductos lagrimales obstruidos
- Párpados enrojecidos, señal de una infección ocular
- Ojos cruzados, lo que puede ser sinónimos de deficiencias en el control muscular
- Sensibilidad extrema a la luz
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Fuente: informacionopticas