Hablamos anteriormente de algunas causas por las que habitualmente hoy por hoy los padres deciden tener un segundo hijo. Por un lado, esa decisión se basa en que los padres realmente desean tener más hijos, pero por otro, se toma pensando en dar al primer hijo un hermanito. Cualquier opción es válida cuando los padres están seguros de su decisión.
Hoy por hoy no resulta tan necesario tomar la decisión pensando en que de esa forma el primer hijo aprenderá más fácilmente a compartir sus juguetes y a relacionarse. Precisamente estos dos factores los niños de ahora los tienen más superados, ya que desde pequeños, debido a que lo habitual es que la mujer trabaje, los niños se relacionan en las guarderías y por tanto también aprenden allí a compartir sus cosas.
Por otro lado, se puede aún hoy escuchar aquello de que los hijos únicos son egoístas, caprichosos, malcriados, y consentidos. Por supuesto, esto no tiene por qué ser así, cualquiera de esos calificativos también se pueden asociar a niños que tienen más hermanos. Por tanto, no hay que basar la decisión en esta teoría que es totalmente errónea, o al menos en una teoría que no se puede generalizar.
Algunos padres también tomarán la decisión de tener un segundo hijo porque se sienten egoístas si no lo hacen, creen que la sociedad les verá como seres comodones que no quieren más complicaciones y que van a privar a su hijo de la compañía de un hermano. Tampoco es esta razón suficiente para tener otro hijo, esta idea de padres egoístas va desapareciendo a pasos agigantados y es de lo más normal que en las familias se den casos de hijos únicos.
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