Las rebeldes estrías
Más de la mitad de las gestantes las sufre. Se deben a la rotura de las fibras de colágeno y elastina de la dermis, que son las responsables de su elasticidad y resistencia; lo que provoca la pérdida de flexibilidad. Además de por el estiramiento de la piel, también tienen un importante factor de riesgo genético.
Suelen comenzar a salir durante los tres primeros meses en el pecho y, sobre todo hacia el tercer trimestre, en el abdomen, momento en el que esta zona más aumenta de tamaño. También es normal que aparezcan en las caderas y en los muslos.
Su aspecto puede variar según el tipo de piel: las mujeres embarazadas con piel clara, presentarán colo más rosa, por ejemplo. Además, según dónde se sitúen y el tipo de estiramiento que sufra la piel, pueden tener dirección horizontal o vertical.
Lo fundamental para prevenirlas es llevar una correcta alimentación, no ganar excesivo peso y aplicarte cremas antiestrías (son muy recomendables los productos con aceite de Jojoba, aceite de germen de trigo o de rosa mosqueta). Lo ideal es que vengas usando estos productos desde antes del embarazo, para favorecer la elasticidad de la piel, y que, durante la gestación, te las apliques dos veces al día. También resultan muy útiles los masajes.
Y es que, una vez que salen, las estrías no desaparecen (habría que recurrir a intervenciones estéticas invasivas). Lo único que podrás hacer es detener su evolución y atenuarlas, haciendo que pasen lo más inadvertidas posibles.
Imagen: embarazosinestrias
Claves estéticas seguras durante la gestación I – Claves estéticas seguras durante la gestación III