Históricamente, hasta la aparición de estos centros, siempre ha existido la figura de la nodriza, mujeres que disponían de mucha leche y amamantaban a los hijos de otras madres. Sin embargo, la aparición de los bancos de leche no es tan reciente, ya que el primero se creó en Viena en el año 1909.
En la actualidad, según el European Milk Bank Association (Asociación Europea de Bancos de Leche), existen en Europa un total de 186 bancos y otros 13 se encuentran en fase de desarrollo. España, con seis bancos, es uno de los países que menos tiene, frente a otros como Francia, con 36, o Italia, con 27.
El pionero en nuestro país fue el de la Fundació Banc de Sang i Teixits de las Islas Baleares, creado en 2001. Le siguieron el de la Unidad de Neonatología del Hospital 12 de Octubre en Madrid, y los de Aragón, Barcelona, Extremadura, Granada y Valencia. Todos ellos se engloban dentro de la Asociación Española de Bancos de Leche Humana (AEBLH).
Los beneficios de la leche materna para los lactantes son infinitos. Contiene múltiples vitaminas, proteínas, anticuerpos, enzimas y minerales que los protegen de infecciones como la neumonía y otras enfermedades víricas, ya que refuerza el sistema inmunológico y les aporta todos los nutrientes necesarios para su desarrollo.
En ocasiones, también se puede recurrir a la leche de fórmula, creada especialmente en laboratorio. No obstante, si se recurre a esta opción conviene preguntar antes acerca de su contenido para conocer sus niveles de hierro, por ejemplo, o si está realizada con leche de vaca, para evitar posibles alergias en el bebé.
Imagen: prensa.gba
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