El Síndrome de Edwards (o Trisomía 18) es una enfermedad (anomalía cromosómica) que se da cuando existe un cromosoma adicional en el par 18.Las posibilidades de que esto ocurra son muy bajas, por ello no es algo de lo que se oiga hablar demasiado. Pero el problema está ahí, y hoy por hoy hay muchos niños que sufren las consecuencias.
El Síndrome de Edwards aparece más frecuentemente en madres de edades avanzadas (considerando “edades avanzadas” mayores de 35 años). A partir de esa edad, los 35, irá aumentando el número de posibilidades de que esto ocurra. Por ello, muchos especialistas recomiendan a las mujeres que superen la edad, realizarse una amniocentesis durante el embarazo, para detectar a tiempo la anomalía si se diera el caso.
La mayoría de las veces, cuando un feto presenta Síndrome de Edwars, es probable que los embarazos terminen en abortos. Pero, si sigue hasta el término, lo más probable es que el bebé no supere el año de vida, y en el caso de que lo haga tendrá que enfrentarse a graves problemas.
Por un lado, en lo referente al físico, los bebés presentarán algunas diferencias como: poco peso y talla al nacer, anomalías en el esqueleto (dedos montados en las manos o fusión de dos o más dedos), escoliosis, cabeza pequeña, ojos extremadamente pequeños, boca también pequeña, orejas situadas más bajas de lo normal, cuello corto, labio y paladar hendido, etcétera.
Respecto a las anomalías que no se ven a simple vista, los bebés con Síndrome de Edwars presentarán discapacidades mentales, y podrá nacer con enfermedades cardíacas, hernias, o anomalías gastrointestinales, entre otros síntomas.
Como decíamos los bebés que llegan a nacer no superarán el primer año de vida, y se estima que fallecerán antes de cumplir los 12 años.