El futuro padre antes de nada debe estar informado de cómo se desarrolla un parto. Para comenzar deben ser conscientes de que el tiempo varia de unos partos a otros, y que, por regla general, suele ser largo y sobre todo doloroso. El hombre debe estar preparado para ver cómo su pareja sufre, se queja, grita, llora… aunque también están aquellas a las que apenas se las oirá (aunque no porque no les duela).
Al igual que debe estar preparado para esto, también lo debe estar para ingeniárselas para que la mujer no termine desesperando, si la mujer cae en un estado excesivamente nervioso no ayudará para nada durante el parto, y éste se podría alargar más de la cuenta, e incluso desencadenarse en una cesárea por falta de ayuda.
Como decíamos, el padre debe tenerse aprendida la lección y saber que el parto se divide en 3 fases:
– La fase de dilatación, que corresponderá al periodo de las contracciones. Durante esta etapa el cuello del útero se irá dilatando y borrando, hasta que alcanza una dilatación de unos 10 cm.
– La fase de expulsión, que va desde que se alcanza la dilatación completa hasta que el bebé sale al exterior.
– La fase de alumbramiento, correspondiente a la etapa que va desde que el bebé sale hasta que se expulsa la placenta.
Cada una de esas fases tiene una duración variable. El tiempo no se puede calcular, y como decíamos dependerá de unos partos a otros, se dan casos en los que una mujer llega al hospital habiendo dilatado bastantes centímetros y que después el parto se alarga más de la cuenta… y al contrario, mujeres que en principio van muy lentas y que después avanzan rápidamente.
Foto obtenida de: pregnancyihub.com.