Claves del gateo I

La del gateo es una etapa preciosa y hay que disfrutarla. Los bebés consiguen independencia: disfrutan, ríen, juegan y cada desplazamiento es toda una experiencia para ellos. Pero esa independencia que gana el pequeño, la pierden los padres y, como siempre, deben predominar el sentido común y la prudencia.

Si tu bebé pasa por esta fase, no te preocupes. Recuerda que la ausencia de gateo no tiene por qué suponer un problema.

Tiempo antes de que los lactantes consigan ponerse de pie y dar sus primeros pasos, suelen adquirir capacidades que les permiten realizar los denominados desplazamientos autónomos iniciales. Es decir, movimientos de su cuerpo con los que son capaces de desplazarse sin necesidad de andar. El más frecuente y conocido es el gateo; pero existen otras formas: hay algunos bebés que se desplazan boca arriba, con la espalda pegada al suelo; boca abajo, con el estómago pegado al suelo; reptando o incluso rodando.

Es una capacidad que se va adquiriendo de forma progresiva, generalmente entre los ocho y los diez meses. Pero no todos los niños la desarrollan, y no en todos se ve de igual forma o en el mismo momento.

Generalmente comienza después de los seis o siete meses, una vez que el bebé es capa de permanecer sentado sin apoyo. Poco después de adquirir esta habilidad, aprenderá a dejarse caer sobre las manos, adquiriendo, de este modo, la posición a cuatro patas. Estando así aprenderá a balancearse hacia delante y atrás. Y entre los siete y los diez meses, descubrirá que puede impulsarse hacia delante si empuja las rodillas contra el suelo. 

Algo más tarde descubrirá que puede pasar él solo de la posición de cuatro patas, a sentarse de nuevo. A partir de aquí gateará cada vez con más habilidad y rapidez hasta el año de vida aproximadamente. En ese momento empezará a andar de forma independiente, olvidándose así poco a poco del gateo.

Imagen: myfotojournal

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