Claves del gateo IV

El tema de si el gateo es benficioso para el bebé es bastante debatido, ya que, aunque parece que gatear otorga ciertos beneficios, no está claro que sea una etapa determinante en el desarrollo del pequeño. Es decir, que el hecho de no pasar por ella no implica ningún déficit.

Parece que el bebé, con la mayor libertad de movimientos que le otorga el gateo, obtiene una mayor estimulación: puede participar en juegos que favorezcan su movilidad, descubre localizaciones nuevas, puede alcanzar sitios por propia voluntad y ya no depende de otros para conseguir objetos que le llamen la atención. Todo esto aumenta de forma exponencial su interacción con el entorno, de forma que es mucho más participativo y se encuentra más estimulado.

Por otro lado, la libertad de movimientos que aporta el gateo también ayudaría a la coordinación y el equilibrio. Estas capacidades, fundamentales para que el bebé gatee, mejoran a medida que practica el gateo. Así, cuando lleva un par de meses realizándolo, sus desplazamientos son más rápidos  seguros que al inicio. De hecho, cuando empieza a andar, en ocasiones prefiere echarse al suelo de nuevo y gatear, ya que se siente más confiado y se desplaza con más rapidez.

Por último, hay ciertos estudios que parecen indicar que el gateo ayuda, además, a una mejor coordinación visual en el bebé, pudiendo protegerle de padecer la denominada ambliopía (u ojo vago). Hay estudios que señalan que muchos niños que padecen ambliopía no gatearon. Sin embargo, no hay evidencias que permitan afirmar que los niños que no gatean puedan tener problemas de visión en el futuro.

Imagen: ecoquestltd

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