La inducción del parto es un procedimiento dirigido a desencadenar contracciones uterinas para que se produzca el parto. Esto puede llevarse a cabo por medios mecánicos, médicos o por ambos, en un intento de que el alumbramiento tenga lugar por vía vaginal.
Sin duda, siempre es preferible el inicio espontáneo del parto, con la presencia de contracciones que cada vez van siendo más regulares e intensas y que conducen a la dilatación del cuello del útero. Pero, cuando esta situación no se produce, bien porque el embarazo se prolonga más allá de lo recomendable o bien porque surgen situaciones o complicaciones que aconsejan finalizar la gestación, hay que provocarlo.
Se considerada indicada la inducción del parto cuando los beneficios de finalizar la gestación para la salud de la madre y el feto son mayores que permitir que el embarazo continúe (siempre que no existan contraindicaciones y se cumplan las condiciones adecuadas para realizar dicha práctica). Se aceptan como indicaciones aquellas situaciones clínicas en las que el embarazo debe acabar en un período de tiempo razonablemente corto, como pueden ser alguna enfermedad materna como la diabetes o la hipertensión; o a causa de que se detecte sufrimiento fetal, por ejemplo.
Un caso diferente es cuando, ante una situación clínica comprometida, el parto tiene que finalizarse de manera inmediata. En estos casos no se recurre a la inducción del parto, sino a la finalización de la gestación por la vía más rápida, que es la cesárea.
Los motivos principales para inducir el parto son:
- Complicaciones médicas y del embarazo.
- Rotura prematura de membranas sin comienzo del parto en un plazo de 24 horas.
- Si el líquido amniótico se mancha de meconio (porque el feto ha defecado dentro del útero) y existe riesgo de aspiración por parte del bebé.
- Infecciones o muerte fetal dentro del útero.
- Sospecha de riesgo fetal por no recibir los nutrientes o el oxígeno suficiente a través de la placenta.
- Embarazo prolongado (más allá de 41-42 semanas de gestación).
- Factores logísticos o personales (inducción electiva). Hasta en el 10% de los casos, el parto se induce ante situaciones personales, laborales, familiares o de otra índole particular que aconsejan a elegir el momento del parto, por ejemplo, en mujeres con difícil acceso a centros sanitarios.
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El parto inducido al detalle I – El parto inducido al detalle III