Howard Gardner habla de inteligencia lógico matemática cuando se refiere a la capacidad de dar solución a problemas de lógica o de matemáticas a través del razonamiento.
Las matemáticas son un “hueso duro de roer” para muchos niños en edad escolar, y es una de las asignaturas que se suspende más habitualmente. A los niños se les enseña durante sus primeros años las cosas más tangibles, y ellos aprenden sin problemas. Sin embargo el hecho de tener que razonar para resolver una pregunta, ya es otra historia.
Al igual que el resto de tipos de inteligencia, la inteligencia lógico matemática también se puede comenzar a desarrollar desde las primeras edades. Desde que son muy pequeños, ellos utilizan los números aunque a primera vista no nos demos cuenta, por ejemplo repartiendo entre la familia las porciones de tarta que hay en la mesa, o descubriendo cual de ellas es la más grande o la más pequeña.
Un ejemplo muy sencillo para estimular a los niños más pequeños en este sentido, es por ejemplo, jugar con ellos con juguetes de construcción. Los padres pueden hacer con ellos una torre e ir contando las piezas que se van añadiendo, así como también clasificar esas piezas por colores o tamaños. También es una buena idea dar al niño todas las piezas y proponerle que las reparta entre todos los que estén jugando. Los clásicos rompecabezas o puzles, también son otra buena propuesta para estimular a los niños.
Con los niños más mayorcitos se pueden hacer otros ejercicios, como calcular las horas que faltan para cierto momento del día, preguntarle cuánto dinero le va a quedar después de comprarse una chuchería… en fin, todas esas cosas que les hagan tener que pararse a pensar y razonar.
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