Cerramos hoy los 8 tipos de inteligencia que Howard Gardner menciona en su teoría de inteligencias múltiples. En principio se hizo referencia tan solo a las 7 anteriores y, fue más tarde cuando se incluyó a la lista esta octava.
Gardner define la inteligencia naturalista como la capacidad que tiene el ser humano para diferenciar, utilizar y clasificar los elementos del medio ambiente (ya sean animales, plantas, objetos, etcétera), así como para interactuar en él. Da igual si el entorno es la ciudad o el campo, el ambiente es indiferente y en cualquiera se podrá desarrollar esta inteligencia, aunque como es lógico las personas que viven más cerca de la naturaleza lo tendrán más fácil. Las habilidades claves en este tipo de inteligencia son la observación, la experimentación, la reflexión y por último el cuestionamiento de lo que les rodea.
Los niños comienzan a dar señales de inteligencia naturalista cuando empiezan a guardar objetos similares para crear una colección (de hojas, plumas, conchas, caracoles, etcétera), cuando se dedican a observar el entorno y hacen preguntas, cuando deciden cuidar una mascota o una planta e investigan sobre los tipos o razas, cuando reconocen los cambios ambientales, etcétera. Como es lógico, también mostrarán especial interés por documentales sobre la naturaleza y por los libros que hagan referencia a la misma.
Los niños que desarrollan la inteligencia naturalista es posible que en un futuro se terminen dedicando a la biología, sean veterinarios, ecologistas, cazadores, o cualquier otro trabajo o afición que esté relacionado con la naturaleza.
Es habitual que cuando llevamos a los peques de la casa al parque, al final de la jornada quieran llevarse a casa una hoja, una piedra o cualquier otra cosa que ha llamado su atención… si los padres desean estimular esa inteligencia naturalista propuesta por Gardner, no estará de más dejar que el niño comience su primera colección..
Foto obtenida de: fineartphotographysite.com.