Los champús para bebés han de tener un pH similar al de las lágrimas para que no provoquen escozor, y ser suficientemente viscosos para que no caigan rápidamente sobre los ojos. Es inevitable que los productos lleven conservantes en su composición, porque su elevado contenido en agua aumenta el riesgo de contaminación bacteriana.
En el neonato, los productos de higiene deben de emplearse con especial cautela, ya que una limpieza demasiado agresiva puede eliminar los lípidos de la capa córnea provocando la irritación y la deshidratación de la piel, y desequilibrando el sistema cutáneo.
Tenemos que recordar que los productos de higiene corporal pueden causar irritación cutánea si se usan con mucha frecuencia o en diluciones inapropiadas.
Si el bebé tiene dermatitis seborreica en el cuero cabelludo (descamación amarillenta o costra láctea) es bueno aplicar cualquier tipo de aceite para facilitar el desprendimiento de las escamas y evitar la progresión del proceso.
Las uñas se deben cortar bien y no se deben introducir bastoncillos de algodón en el interior de los conductos auditivos.
Imagen: salud180
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