La gestación provoca muchos cambios que afectan a la piel, el pelo o el ánimo de la mujer. Además, el aumento de peso causa molestias en la espalda, piernas cansadas o estrías, entre otras. Sumergirte en los tratamientos de un spa te ayudarán, sin duda, a paliarlos. Pero antes conviene que busques un centro próximo a tu domicilio (puedes consultarlo en la Asociación Española de Wellness Spa), preguntes por las terapias específicas para embarazadas y consultes con tu ginecólogo la conveniencia de realizar una u otra.
La mayoría de los tratamientos están aconsejados en el segundo trimestre del embarazo, aunque están contraindicados en caso de embarazos de riesgo, diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia o insuficiencia cardíaca.
Lo normal es que antes de inicial cualquier programa, el spa te haga rellenar un test para conocer tu estado de salud y evaluar si puedes o no realizar la terapia. En caso afirmativo, las posibilidades son muy amplias y no todas tienen que ver con el agua. A continuación os dejo algunas de las terapias que podéis encontrar en estos centros:
Aromaterapia
Consiste en aplicar aceites que se extraen de flores, tallos, raíces de plantas y hojas en el baño, en suaves duchas o en masajes. Dentro de los beneficios de la aromaterapia tenemos que mejora la piel y el estado de ánimo. Además, mientras más relajada se encuentre la futura madre, más tranquilo estará el bebé, y eso influirá positivamente en su desarrollo y crecimiento.
Es importante ponerse en manos de un experto en aromaterapia (ya que algunos aceites están contraindicados en el embarazo) y hacerlo una vez transcurrido el primer trimestre de gestación. Se suele emplear principalmente el aceite orgánico de almendra y aceites esenciales de zanahorias, lavanda o rosa mosqueta.
Terapia con agua
Las embarazadas pueden someterse, siempre con consulta médica previa, a tratamientos como la piscina de flotación con agua de mar o los baños de burbujas, evitando siempre los chorros que inciden directamente sobre el cuerpo o los baños de vapor. Dentro de los beneficios de esta terapia descubrimos que ayudan a hidratar la piel pero, sobre todo, a relajarse física y emocionalmente.
En el caso de las contraindicaciones, os diré que no esta terapia no está recomendada para embarazos con complicaciones ni durante el primer trimestre. También hay que olvidarse de los tratamientos que incluyan calor, como los cuartos de vapor y las saunas, ya que disminuyen el riego sanguíneo, condicionando la llegada de oxígeno al feto.
Drenaje linfático
El aumento de progesterona durante el embarazo relaja los tejidos y hace acumular más líquidos, mientras que el útero presiona las venas de la parte inferior del cuerpo y complica el vaciamiento de los vasos linfáticos. Todo esto repercute negativamente en las extremidades. Para combatirlo se realiza un masaje con movimientos de amasamiento y bombeo en las piernas y los brazos. Con el drenaje linfático estimulamos la circulación en las extremidades (combatiendo la retención de líquidos), aliviamos los calambres y la tensión muscular.
No se recomienda el drenaje linfático en caso de aparición de nuevas venas varicosas durante la gestación. Estas desaparecerán solas a los tres o cuatro meses de dar a luz.
Reflexología podal
Al ejercer presión sobre puntos específicos de la planta del pie se estimulan las terminaciones nerviosas de todo el cuerpo. Esta técnica ayuda a mejorar problemas circulatorios, de espalda y alivia la acidez estomacal u otras dolencias digestivas asociadas al embarazo.
Eso sí, toda reflexología podal debe ser realizada por un fisioterapeuta especializado, ya que hay que evitar tocar ciertos puntos de presión que estimulan las contracciones y las labores del parto.
Masaje facial
Se aplican productos naturales en la cara, mediante masajes, con el fin de mejorar el cutis femenino que sufre mucho durante el embarazo. Tanto aquí como en el resto del cuerpo, se usan productos naturales que no generan alergias. Entre los beneficios tenemos que el rostro recupera su brillo, se combaten las manchas y la falta de hidratación. Algunos centros también ofrecen masajes craneofaciales, que oxigenan la piel y combaten el estrés.
Por su parte, el peeling está totalmente desaconsejado, porque los productos que utilizan no están libres de parabenos o petrolatum.
Masaje prenatal
Terapeutas prenatales realizan un masaje a la mujer, tumbada de lado y sujeta por almohadas. Algunos spa, como Chi Spa cuentan con colchonetas para que la futura mamá pueda tumbarse boca abajo sin dañar a su bebé, ya que tienen un agujero ajustable para insertar la tripa y que se va adaptando a su crecimiento.
Con estos masajes conseguimos aliviar los dolores en la zona lumbar, estimulamos la circulación en las piernas, ayudamos a coger el sueño y disminuimos el estrés. Estas técnicas son sencillas, cómodas y no suponen ningún riesgo. Pueden hacerse durante todo el embarazo.
Fotos | Thomas Pompernigg; Thomas Pompernigg; VISITFLANDERS