Llega un momento en que los chicos sienten que son mayores y desean regirse por sus propias decisiones. Sin embargo, aún necesitan que le sigamos poniendo límites. No obstante, ese momento de la adolescencia en que comienzan a salir solos no puede ser una fuente constante de conflictos y, por ello, te contamos cómo evitarlos con la hora de llegar a casa.
- Todos fuimos adolescentes. Tal vez este sea el punto más importante a la hora de que podamos llegar a comprender a nuestros hijos. Claro que como padres hemos de seguir poniendo límites, pero también hemos de comprender que están en un momento de sus vidas en que están deseando “ensayar” como adultos y el estar fuera con los amigos, sin supervisión paterna, es una forma de afianzar su autonomía y su madurez. Recordar nuestra propia experiencia como adolescentes, puede hacernos recordar esa época y poder calibrar mejor nuestras acciones.
- Mantener la comunicación. En la relación con nuestros hijos, mantener la comunicación va a ser esencial para que, a pesar de los conflictos y las discusiones, los chicos confíen en nosotros. A nosotros mismos nos va a ahorrar disgustos, ya que ese punto nos echará una mano para que sean ellos quienes nos digan dónde están y con quién y también les ayudará a ellos a formar sus propias opiniones de manera autónoma.
- Conoce su entorno. Has de saber quiénes son sus amigos y cómo son sus padres. Invita a los amigos de tus hijos a casa, a dormir, a comer… ofrécete a recogerlos del cine, cuando van juntos y aprovecha para conocer también a sus padres y charlar con ellos. Podréis establecer horarios similares para los chavales y será más fácil para todos.
- Estipula una hora que les resulte fácil cumplir. El fin de establecer una hora de salida y llegada es que ellos sigan recibiendo una educación que les hace hincapié en la necesidad de seguir una disciplina. Pero eso es compatible con la confianza y es bueno no someter a los adolescentes a un estricto control que sólo sirva para enrarecer las relaciones.
- Huye de la sobreprotección. Nuestros hijos necesitan aprender por sí mismos. Un exceso de protección es contraproducente y asfixiante. Si no permites que tu hijo salga o estás demasiado encima y lo vigilas en exceso, lo único que conseguirás es que te mientan e intenten actuar a escondidas. Instarás a tus hijos a rebelarse y será mucho más difícil que cumplan un horario de llegada.
- Sanciones. Los adolescentes siempre van a querer más y ahí es donde entra en juego nuestro papel como padres y como adultos. Esto también es educación y debemos transmitírselo. No respetar las normas trae consecuencias y deben ser asumidas. Si ellos ven que pueden saltarse las normas sin pagar una consecuencia… para qué cumplirlas. Perderemos nuestra autoridad como padres.
- Momentos familiares. Las discusiones intergeneracionales siempre han estado ahí y nosotros no nos vamos a librar de ellas. Sin embargo, de la forma de discutir también se puede sacar algo positivo. Crea momentos propicios para las charlas familiares, de modo que puedas oír las opiniones de tus hijos sobre cuestiones como el horario de llegada a casa. Escúchale e intenta explicarle, sin regañinas ni malhumor cuál es tu punto de vista y razónalo. Intentad llegar a un acuerdo, si el adolescente se ve incluido en las decisiones, se sentirá mucho más respetado y será más fácil que cumpla estos objetivos.
- Sé ecuánime. No es lo mismo establecer el horario de llegada a casa de un niño de 12 años que el de un joven de 17. Debes tener en cuenta la edad de tu hijo a la hora de marcar el límite y también tienes que saber cuándo debes ir subiendo el límite.
- Cómo sé a qué hora debe estar en casa. Como norma general debes usar un razonamiento muy básico. Si tu hijo adolescente mañana ha de estar en el instituto a las 9 de la mañana… no debe llegar a casa más allá de las 9 de la noche. Ahora bien, si es víspera de fiesta o feria, ese límite puede ampliarse hasta las 10 o las 11 de la noche, dependiendo de la actividad que vaya a realizar. A veces es conveniente que tengamos un poco de manga ancha. Si hacemos esto en ocasiones puntuales, nuestro hijo estará más contento y será más propenso a cumplir con las normas.
Fotos | State Farm; Scissorcircus;