Durante los brotes, el pediatra y el dermatólogo sueles prescribir dermocorticoides para calmar la inflamación y disminuir de forma rápida las lesiones; e inmunosupresores, en el caso de los eccemas más severos.
Sin embargo, los grandes aliados para el cuidado diario de la piel atópica son los emolientes, unas cremas que cada vez son más sofisticadas y que pueden contar incluso con propiedades antiinflamatorias y antipruriginosas. Son fundamentales para hidratar y dar flexibilidad, aunque hay que tener mucho cuidado con su aplicación en la fase aguda de la enfermedad, especialmente si hay heridas en la piel. Los profesionales médicos nos indicarán los productos más convenientes para el niño y nos orientarán sobre su frecuencia de aplicación.
Una vez establecido el producto adecuado, es recomendable proporcionarle al pequeño un bote para que lo lleve al colegio y se pueda aplicar la crema cada vez que sienta la piel reseca.
Para tener ‘bajo control’ la dermatitis atópica aquí os dejamos cinco consejos:
1. Escribe un diario de la enfermedad: registrar cuándo y en qué zonas del cuerpo aparecen los brotes ayudará a establecer mejores estrategias de prevención y, también, a buscar el tratamiento óptimo. Estas anotaciones serán muy útiles para el pediatra, ya que podrán darle pistas para intentar identificar los desencadenantes.
2. Informa a los profesores: el ámbito escolar del niño tiene que ser conocedor del problema. Así, los docentes podrán comprender ciertas actitudes del pequeño (se encuentra más cansado y no se puede concentrar, quiere ducharse tras hacer deporte, lleva un jabón especial para lavarse las manos…) y ayudarle con la enfermedad.
3. Habla mucho con tu hijo: para él es duro entender lo que le pasa y asumir que es un tanto distinto a los otros niños. Tienes que explicarle que ha de seguir tomando acciones preventivas y continuar usando cremas hidratantes incluso cuando se sienta bien.
4. Preta atención a su ropa, ya que puede irritar su piel. Por eso es esencial optar por tejidos naturales como el algodón y evitar otros que pueden favorecer el picor, como la lana. Además, siempre conviene evitar la ropa ajustada y quitar las etiquetas, que pueden ser una causa de irritación. Para el lavado habrá que usar jabones suaves en vez de detergentes y no es aconsejable aplicar suavizantes.
5. Cuida el ambiente que le rodea: como medidas ambientales, lo mejor es no fumar en casa, evitar el polvo, los ácaros y los pelos de animales y evitar un calor o un frío excesivo.
Imagen: theonlineallergist
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