Reforzar la autoestima es fundamental para formar a nuestros hijos y que sepan enfrentarse a los problemas y a las dificultades de la vida. Un niño con una alta autoestima encontrará la energía suficiente para superar cualquier trance. Es como si tuviera siempre una reserva de energía y de voluntad para superar los obstáculos.
La autoestima favorece la valoración que cada uno tiene sobre sí mismo y por supuesto sobre sus capacidades para crear. Como un auténtico trampolín que nos impulsa para seguir ascendiendo y alcanzar nuevas metas.
Somos seres dotados de una gran capacidad de reflexión en todos los aspectos, entre ellos, por supuesto, sobre uno mismo. Esto debería ser considerado como una gran oportunidad que se ha concedido a nuestra especie para observarnos y en consecuencia mejorarnos. Sin embargo, en ocasiones lo utilizamos contra nosotros mismos para humillarnos y despreciarnos, llegando incluso a paralizar cualquier amago de acción.
La autoestima, por lo tanto, es una actitud que tanto padres como educadores debemos fomentar en nuestros hijos, para conseguir el día de mañana personas más integradas, felices y capaces de asumir responsabilidades. No debemos transmitirles nuestros miedos y nuestras inseguridades, sino confianza y seguridad en ellos mismos, en lo que hacen y en lo que dicen.
Imagen: educativo